Primero diré que me es fácil conectar con otros seres humanos, soy sociable por naturaleza y en ese aspecto me considero bendecida porque esta habilidad me permite comprender mejor los deseos de los clientes de la firma y luego proponer ideas, conceptos y/o formas de trabajo que encajen con sus expectativas.
En lo que respecta al interiorismo, construcción y administración mis estándares personales son altos y por ello dedico personalmente mi tiempo, conocimientos y destrezas técnicas a cada proyecto. Me encanta pensar que los clientes se sienten especiales cuando nos encargan la tarea de materializar sus espacios de trabajo o de relajación.
El equilibrio es fundamental en el diseño y yo personalmente creo que la triada de simplicidad, estética y funcionalidad deben co-existir en balance y armonía, sin embargo también estoy consciente de que la definición de estos conceptos es personal y subjetiva. Por tal razón me esmero en observar y escuchar a los clientes. A través de los años, en la búsqueda de ser cada vez más sensible a las necesidades de las personas para captar su perspectiva, he descubierto que el ser humano comunica tanto con lo hace como con lo que dice. Toda esa información luego se traduce en propuestas de materiales, texturas, colores e iluminación que van de acuerdo a sus gustos y a su estilo de vida.
Mi lado racional me empuja a ser organizada con las tareas y programada con el tiempo. De allí el hecho de que disfrute también la fase administrativa y constructiva de las obras. Pienso que cada fase tiene su encanto y en el caso de la construcción pienso que la belleza radica en tener la oportunidad de ser testigo en la evolución de las ideas que van tomando forma y cuerpo a lo largo del proceso y si además tengo la oportunidad de aportar algo de ingenio para traer a la vida diseños complejos se vuelve aún más atractiva la tarea.
Me considero una persona flexible, no me apego a los paradigmas, porque a mi mente inquieta no le gustan ni las barreras ni las limitaciones.
También soy muy curiosa. Estoy convencida de que el arquitecto debe ser un buen viajero, porque el mundo y su arquitectura es la mejor fuente de inspiración para crear. Hay que ir y vivir la experiencia…respirar, caminar y disfrutar de los espacios creados por otros arquitectos. Cada lugar expresa un aprendizaje y una oportunidad de enriquecernos; desde los arquitectos y artistas del periodo clásico hasta nuestros días, el genio expresado a través de sus obras constituye una fuente constante de inspiración para mí. Debo confesar que entre mis favoritos están Frank Loyd Wright y Le Corbusier. Estudié Arquitectura en la Universidad Nacional y mi materia favorita fue Historia del Arte.
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